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Las parejas románticas se confunden de vez en cuando. Cometen errores, dicen y hacen cosas que no deberían, a veces frente a amigos cercanos y familiares. Estos errores pueden variar desde errores menores, como descubrir que no te gusta la comida que tu amigo trajo a una parrillada, hasta errores más graves que podrían poner fin a una relación, como deslealtad.
Cuando tu pareja comete errores frente a los demás, o simplemente hablas y les dices a tus amigos o familiares lo mucho que la cagó tu pareja, no eres solo tú quien decide perdonar. ¿Tus amigos o familiares también pueden perdonar a una pareja que te ha hecho daño?
Respuesta corta: tal vez. Un estudio realizado por los psicólogos Jeffrey Green, Janie Burnett y Jodi Davis muestra que a los seres queridos les resulta mucho más difícil perdonar las transgresiones de su pareja romántica que a usted. Esto se debe a un fenómeno llamado forasteros perdón efecto.
¿Qué causa el efecto de perdón de terceros?
Según Jeffrey Green y sus colegas, los amigos y la familia pueden guardar rencor contra tu pareja mucho después de que los hayas perdonado debido a varias recetas.
En psicología, el término atribución se refiere a cómo las personas explican el comportamiento de los demás. Por ejemplo, cuando alguien engaña a su pareja, las personas pueden asignar tipos tanto internos como externos. Pueden atribuir la infidelidad a factores internos o estables como el infiel personalidad o personaje. Pueden culpar al infiel diciendo: «Es un idiota» o «Ella nunca estará lista para una relación».
O pueden atribuir la infidelidad a factores externos que pueden cambiar o depender de la situación. Podrían culpar a todo lo demás (excepto a la persona que hizo trampa), por ejemplo alcohol o drogas estréstentación, etc
Es importante destacar que es más probable que las personas perdonen a alguien cuando culpan a la situación en lugar de a la persona. Es decir, el perdón ocurre más rápido según los atributos externos que los internos.
¿Son los demás realmente menos indulgentes?
Los psicólogos Jeffrey Green y sus colegas presentaron a los participantes un escenario hipotético para probar si las personas perdonan menos los errores de su pareja romántica que un amigo. Para probar este efecto secundario del perdón, los investigadores pidieron a los participantes que imaginaran una cita doble con su propia pareja romántica, un amigo cercano y la pareja romántica de su amigo. En ese escenario hipotético, imaginaron entonces que había surgido el tema de los miedos irracionales.
A la mitad de los participantes se les pidió que imaginaran ser maltratados en una cita. Específicamente, los participantes imaginaron a su pareja revelando su propia miedo y comenzó a burlarse de ello, diciendo que era irracional y sin sentido y que deberían «simplemente superarlo».
A la otra mitad de los participantes se les pidió que imaginaran que su amigo había sido tratado mal en una cita. Imaginaron que su cita se estaba burlando de su amigo por su miedo irracional.
Finalmente, todos los participantes informaron su tipo de atribución (es decir, ¿culpan a la persona que se rió? ¿O la situación era la misma y probablemente no volvería a suceder?). Luego calificaron la probabilidad de que los perdonaran.
Los resultados confirmaron el efecto del perdón de terceros. Los participantes tenían menos probabilidades de perdonar a la pareja de su amigo (después de burlarse de su amigo) que de perdonar a su propia pareja (después de burlarse del participante). A pesar de que cada compañero cometió el mismo error, era menos probable que las personas perdonaran a la persona que agravió a su amigo.
Curiosamente, los participantes también diferían en los tipos de atribuciones que hacían del comportamiento ofensivo. Las personas eran más propensas a internalizar los errores de la pareja de sus amigos (es decir, culpar a su personalidad) que cuando imaginaban a su propia pareja cometiendo el mismo error. Es importante destacar que la medida en que las personas hicieron atribuciones internas en lugar de externas explicó la diferencia en el perdón.
Aunque este escenario imaginario confirmó el efecto del perdón de terceros y mostró por qué ocurre, no era la vida real. En realidad, las personas no imaginan escenarios hipotéticos en los que alguien se burla de su amigo o de sí mismos: lo experimentan y luego luchan con el perdón.
Para abordar esta limitación, los investigadores realizaron un segundo experimento en el que los participantes recordaron un caso reciente en el que su pareja romántica los había ofendido o un momento en que la pareja romántica de su amigo había ofendido a su amigo.
Artículos básicos sobre el perdón
Los participantes escribieron en detalle sobre la ofensa. También calificaron su gravedad usando una escala que va desde relativamente menor (por ejemplo, discutir sobre qué color de camisa usar) hasta relativamente significativa (por ejemplo, sexual infidelidad), e informó si el delincuente se disculpó. Finalmente, los participantes también informaron qué tipos de atribuciones habían hecho y si habían perdonado.
Los resultados confirmaron nuevamente el efecto del perdón de terceros. En situaciones de la vida real, los participantes tenían menos probabilidades de perdonar el error de la pareja de su amigo que de perdonar el error de su pareja. Es importante destacar que los participantes también tenían más probabilidades de dar explicaciones internas sobre el comportamiento de la pareja de su amigo. Y lo que es más importante, la diferencia de actitudes hacia la propia pareja y la pareja de un amigo explica las diferencias al decir adiós.
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