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«Feliz año nuevo» y «Buenas tardes» se han convertido en esas frases de cortesía que usamos para engrasar los derrapes sociales sin siquiera pensar en lo que significan. La suposición es que le deseamos lo mejor al destinatario, pero como dice el viejo refrán: «Si los deseos fueran caballos, los mendigos montarían». La realidad es que el año se compone del disfrute que obtenemos de cada día, que a su vez es una función de cómo pensamos y nos comportamos. No siempre lo parece cuando ocurre un problema o incluso una tragedia, pero los psicólogos saben desde hace mucho tiempo que no podemos controlar lo que nos sucede, solo cómo reaccionamos.

A medida que se desarrolla la pandemia en 2020, todos nos enfrentamos a esta verdad. Atrapados en las garras de un virus desconocido y mortal, los gobiernos de todo el mundo se han esforzado por controlar la propagación, trastornando sus economías en el proceso, llevando los sistemas de atención médica al límite y restringiendo las interacciones sociales de formas sin precedentes. Mantenerse seguro se ha convertido en un esfuerzo y ritmo constante depresión y preocupación despegó Afortunadamente, no todo es tan terrible. No nos faltan ventiladores, hisopos de prueba y máscaras. Las vacunas funcionan y los medicamentos como Paxlovid alivian los síntomas si te enfermas. Pero psicológicamente todavía estamos luchando. El virus, como la guerra, nos recordó nuestra propia mortalidad y el control limitado sobre nuestro entorno.

En términos de respuesta a desastres, ahora estamos en un punto de frustración en los esfuerzos de recuperación. La amenaza aguda ha pasado, pero nuestro mundo ha cambiado y el camino a seguir no está claro. Innumerables personas perdieron sus trabajos, los negocios cerraron y las comunidades sufrieron durante la cuarentena. Muchas industrias, incluidos los viajes aéreos, el sector hotelero y las tiendas minoristas, todavía están luchando. Estamos acostumbrados a la escasez temporal de productos, desde fórmula para bebés hasta materiales de construcción y chips electrónicos. La decisión de viajar o asistir a eventos públicos ahora implica calcular el riesgo de infección, y las escuelas, las guarderías y los lugares de trabajo se ven amenazados repetidamente por brotes que reducen su capacidad de funcionar con normalidad.

A nivel personal, la mayoría de nosotros hemos retomado nuestras antiguas vidas. Este año, los viajes de vacaciones han aumentado y las máscaras han disminuido. Pero la paciencia y los ánimos están tensos, los informes de descortesía van en aumento y muchos de nosotros sentimos que estamos esperando que surja la próxima crisis. Afortunadamente, no estamos condenados a permanecer en esta etapa para siempre. Después de trauma o crisis, las personas generalmente experimentan angustia, pero crecimiento postraumático también puede ocurrir. Piense en las personas que han salido del cáncer, que han decidido vivir una vida más significativa, o aquellas que han perdido a un ser querido y decidieron trabajar para que sea menos probable que algo así le suceda a otra persona.

Tal vez en lugar de solo desear un Año Nuevo más feliz, debemos pensar en cómo hacerlo realidad. Paradójicamente, pensar en la “tríada cognitiva negativa” del psiquiatra Aaron Beck puede ayudarnos a hacer precisamente eso. La investigación de Beck mostró que las personas con depresión tienden a tener una actitud negativa hacia sí mismos, el mundo que los rodea y el futuro. Su famoso enfoque terapéutico, Cognitivo-conductual Terapia (CBT), se basa en la idea de que podemos aprender a desafiar y cambiar los pensamientos que nos confunden con la práctica.

En términos de frustración con Covid, valdrá la pena atención a cómo nos vemos a nosotros mismos y nuestras vidas. ¿Nos enfocamos en las cosas injustas que nos han sucedido, o nos criticamos por no lograr más, o nos culpamos por tener pocas posibilidades reales de hacer una diferencia? ¿Nos hemos acercado a otros con la suposición de que nos decepcionarán o nos fallarán? ¿Estamos obsesionados con la variedad de formas en que las cosas pueden salir mal en el futuro? Cuando nos concentramos en lo negativo de nuestro pasado o solo pensamos en las cosas malas que podrían pasar, nos sentimos miserables y, a menudo, perdemos mucho tiempo preocupándonos por cosas que en realidad nunca suceden.

Invocar la tríada negativa no significa que rechacemos o neguemos el impacto de los eventos negativos. Perder un trabajo, reprobar un examen o romper con una pareja son eventos negativos que debemos procesar y llorar. Pero decidir que no podemos ser contratados, asumir que una mala nota arruinará nuestro futuro o creer que hemos perdido nuestra única oportunidad de tener un romance probablemente no nos haga sentir mejor. ¿Qué pasa si, en cambio, averiguamos qué habilidades necesitamos adquirir para ser más competitivos en el mercado laboral, desarrollar mejores hábitos de estudio o enfocarnos en mejorar nuestras habilidades de comunicación? Ninguno de estos enfoques evita los eventos negativos, pero nos permiten avanzar en formas nuevas y productivas.

A medida que se acerca cada nuevo año, nos vemos inundados de programas de revisión del año e imágenes de personas hermosas celebrando con champán y fuegos artificiales. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, el 1 de enero rara vez se ve diferente al 31 de diciembre. No seremos más ricos, más glamorosos o más populares de lo que éramos el día anterior, pero podemos pensar de manera diferente acerca de dónde estamos. Tal vez podríamos comenzar el nuevo año celebrando algo positivo de nosotros mismos, ofreciendo apoyo o empatía a alguien que lucha y toma una acción para hacer del mundo un lugar mejor

Estos no tienen que ser necesariamente eventos heroicos y brillantes. Tal vez podría darse crédito por algo que hizo para alegrar las vacaciones de otra persona, para decirle algo amable al tendero torturado o para recoger la basura al costado del camino. Cada una de estas acciones puede hacernos sentir más positivos, mejorar nuestras interacciones con los demás y hacernos sentir que tenemos más control. ¿Pasarán cosas malas en 2023? Absolutamente, pero si aprendemos a reconocer y rechazar la Tríada negativa, tendremos más energía para enfrentar los desafíos y crear un año nuevo más feliz.

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