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Alvin Ruiz/Unsplash

Fuente: Elvin Ruiz/Unsplash

¿Quién te conoce mejor? ¿Quién te conoce mejor que nadie y, a veces, incluso mejor que tú mismo?

La respuesta a estos atención– Deben surgir preguntas emocionantes de manera rápida y sin ambigüedades: Sin duda, son nuestras parejas íntimas quienes, como dicen, “nos leen como un libro”. La estrecha, incluso a veces limitada, esfera física y emocional que compartimos con nuestras parejas abre la puerta a quiénes somos, o, más gráficamente, como un bisturí en manos de un cirujano experto, nuestro “interior emocional” se revela. clara y perceptible.

El gran descubridor

Las relaciones íntimas garantizan interminables encuentros cercanos y personales de casi todos los tipos imaginables. En este contexto enredado y duro, nos revelamos con detalles gloriosos y sin gloria. Más precisamente, nuestras fortalezas y debilidades, y todo lo demás, se muestran sin editar, a veces de manera sutil y a veces de manera evidente. Pero están inevitablemente expuestos: no hay dónde esconderse en las relaciones íntimas; quiénes somos se refleja constantemente. Y si bien nuestras cualidades personales pueden salir a la superficie en cualquier relación, nadie más puede alcanzar el mismo nivel de competencia para dar testimonio de la persona que somos de la misma manera consistente, profunda o integral. Por supuesto, intimidad está en una liga propia.

Dos relaciones esenciales

Entonces, ¿qué resulta ser exactamente? Sam Keen escribió en su libro, Vida apasionada: etapas del amor, “Nadie escapa infancia ileso”. La observación de Keen es persuasiva, si no de sentido común. Ninguno de nosotros tiene la suerte de tener una educación perfecta o un ideal paternidad, y no hay consenso científico sobre lo que podría ser. Sin embargo, nuestras primeras relaciones con nuestros principales cuidadores son formales o prototípicas y nos influyen “genéticamente”, afectando todos los aspectos de nuestro desarrollo temprano, especialmente el desarrollo emocional. Por lo tanto, nuestras discapacidades del desarrollo y los fracasos personales pueden revelar desajustes parentales pasados ​​que se trasladan a la “siguiente ronda de intimidad” con nuestras parejas actuales como una “resaca” debilitante y persistente.

Ilustración de una relación abierta

He aquí un ejemplo: desde la infancia, una edad vulnerable, los padres de Stephanie discutían ferozmente y con frecuencia. Para Stephanie, estas fueron crisis sísmicas y trascendentales que la asustaron profundamente y la obligaron a alejarse emocionalmente de sus padres en un intento desesperado de autoconservación. Como era de esperar, su aislamiento protector perjudicó significativamente el desarrollo de la confianza en sus padres y en ella misma.

Ahora, en su relación íntima actual, ella evita hábil y atentamente hasta el más mínimo indicio de irritación, discusión o conflicto. Su defensa utiliza las desafortunadas tácticas de sumisión, excesivaconformidad, y complacer excesivamente a la gente, todo diseñado para evitar que el bote interpersonal se balancee. Incluso hasta el punto de la autodestrucción, Stephanie minimiza e incluso ignora sus propias necesidades de mantener las interacciones fluidas e ininterrumpidas. Sus relaciones íntimas revelan estos defectos de desarrollo de forma más aguda que cualquier otro: enormes lagunas en su madurez emocional. Los fantasmas del pasado de Stephanie la persiguen activamente.

Entonces, ¿qué debe hacer Stephanie con este tesoro de información personal revelador? Claramente, su mejor apuesta es usar esto a su favor. Cuando era niña, era una víctima inocente y pasiva de la inmadurez de sus padres y, por razones obvias, tenía pocas o pocas estrategias internas de afrontamiento o recursos disponibles para ella. Sin embargo, ahora, como adulta, está obligada a asumir la responsabilidad de lo revelado y hacer la importante labor de contribuir a su desarrollo emocional proveyendo para sí misma lo que sus padres no pudieron.

Alto mandato personal

La elevada “tarea” personal de Stephanie es asumir plenamente el papel de madre ideal u óptima. En resumen, debe “reencarnarse” a sí misma. Este no es un asunto menor; Nuevamente, puede ser hercúleo, pero aún tiene que intentarlo porque favorece principalmente la alternativa retrógrada de mantener el statu quo con la atracción abrumadora y regresiva de su pasado. En particular, debe disciplinarse para identificar deliberada y persistentemente sus necesidades, especialmente las relativas a su pareja íntima, con quien enfrenta la constante amenaza de la “invisibilidad”. Asumiendo esta difícil tarea, ella “construye” una autodeterminación más fuerte, un sentido más fuerte de quién es ella o, simplemente, una vida sana. identidad.

A medida que Stephanie aprende a reconstruirse a sí misma desde cero, necesidad por necesidad, su próximo paso es desarrollar un confianza en la legalidad fundamental de estas necesidades. Por ejemplo, sus necesidades básicas de ser comprendida con respeto y sensibilidad por su pareja íntima son indudablemente válidas. Dada su legitimidad básica, sus necesidades requieren activismo administración– esto mejora aún más el sentimiento positivo y de crecimiento de Stephanie. Se está enfocando gradualmente pero cada vez más; ella se convierte en una “presencia” en su relación, una que ella merece y legítimamente espera ser parte de ella Toma de decisionescompromisos y negociaciones cotidianas, en resumen, la reciprocidad normal que caracteriza las relaciones de calidad.

Nuestra madurez emocional más plena

Cualquiera que sea el criterio conceptual o teórico que definamos la madurez emocional, se puede argumentar que sin los beneficios únicos de nuestra relación íntima “pertenencia”, nuestra plena madurez emocional puede estar fuera de nuestro alcance. Al igual que la membresía en un club exclusivo, no siempre es fácil de mantener, y las apuestas pueden ser altas, dado que estamos expuestos emocionalmente y, lo que es peor, desprotegidos por las defensas convencionales.

Relaciones Lecturas esenciales

Resonancia magnética metafórica

Como un escaneo de alta tecnología de nuestra psique, la intimidad nos prueba en nuestro núcleo emocional de maneras increíbles, dejándonos expuestos y expuestos. Una vez identificado, este psicodiagnóstico personalizado crea un plan de tratamiento claro y fluido para la auto-recuperación y un mayor desarrollo emocional. Estos “detalles personalizados” no se desarrollan de la misma manera en nuestras relaciones menos complejas, lo que nuevamente apunta a las posibilidades y beneficios únicos de la intimidad.

Y ahora las noticias optimistas: podemos aprovechar lo que la vida con nuestra pareja íntima revela sobre nosotros y poner esos toques finales tan necesarios en nuestro yo incompleto, y al hacerlo, usar los maravillosos recursos de la intimidad como nuestro mejor vehículo para cambio y crecimiento.

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