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ADVERTENCIA– trastorno por déficit/hiperactividad (TDAH) a menudo es descrito por los psiquiatras como un trastorno del sistema nervioso caracterizado por falta de atención, desorganización e impulsividad.

Por el contrario, algunos psicólogos, psiquiatras y antropólogos ven el TDAH no como un déficit o una disfunción, sino como un estilo cognitivo distinto que tiene sus propias fortalezas y ventajas.

Una revisión reciente de la evidencia realizada por la psiquiatra de niños y adolescentes Annie Swanepoel y colegas (2022) respalda lo último.

Argumentan que los rasgos del TDAH probablemente evolucionaron en entornos humanos primitivos que recompensaban la exploración, la búsqueda de novedades y el movimiento, como las comunidades nómadas y migratorias.

Si tienen razón, tiene enormes implicaciones para algo más que educación y cómo hablamos y pensamos sobre el TDAH y otros supuestos «trastornos del desarrollo neurológico». En lugar de ver el TDAH como un defecto que hay que corregir, deberíamos verlo como un regalo que hay que nutrir.

Evidencia de la tesis evolutiva

Hace poco más de diez años, el antropólogo Dan Eisenberg y sus colegas evidencia recopilada por la tesis evolutiva. Estudiaron a la población mayoritariamente nómada del norte de Kenia, los Arial. Los Arial son tradicionalmente pastores nómadas, pero una minoría de ellos se ha asentado en ciudades y depende más de la agricultura y la economía de mercado.

Eisenberg encontró que en un ambiente sedentario, aquellos con rasgos de TDAH tendían a estar menos llenos y más saludables que sus contrapartes sin TDAH, según lo medido por su índice de masa corporal (IMC).

Tatiana Sirikova/Pexels

Fuente: Tatiana Sirikova/Pexels

Increíblemente, entre los nómadas Arial, aquellos con rasgos de TDAH tendían a estar mejor alimentados y más saludables que sus contrapartes sin TDAH. Él planteó la hipótesis de que su estilo de atención fluida los haría más alertas a las posibles amenazas a su rebaño, a los signos de enfermedad o desnutrición, oa las fuentes de alimento o agua.

Los rasgos del TDAH, como la búsqueda de novedades, la exploración y la vigilancia, pueden haber sido una ventaja evolutiva para nuestros antepasados, que tenían que moverse de un lugar a otro en busca de nuevos recursos mientras estaban alerta a las amenazas.

TDAH y migración humana temprana

Una segunda línea de evidencia para esta imagen evolutiva proviene del estudio de las primeras migraciones humanas. esto es investigacion en 1999 fue dirigido por Chuansheng Chen y sus colegas confirmado en 2011.

La visión generalmente aceptada de la evolución humana es que los humanos modernos evolucionaron en África hace unos 200.000 años. Hace unos 50.000 años, muchos comenzaron a emigrar de África para poblar el resto del mundo.

Usando técnicas genéticas, Chen descubrió que los rasgos del TDAH estaban sobrerrepresentados en estos primeros inmigrantes. Las personas con rasgos de TDAH probablemente lideraron el camino para colonizar la Tierra. No está claro si esto se debe al hecho de que las personas con tales rasgos tenían más probabilidades de iniciar la migración o si pudieron adaptarse mejor a nuevos lugares.

En particular, Chen estudió la distribución de ciertos gene una variante que se correlaciona constantemente con los síntomas del TDAH. Descubrió que era una variante del gen que codifica un subtipo de cerebro dopamina receptor, por regla general, es más común en las poblaciones modernas con una historia de migración más larga.

Evidencia adicional porque la naturaleza evolutiva del TDAH surge de un estudio de 2002 que muestra que esta variante genética en particular ha estado bajo presión de «selección positiva» durante los últimos 50 000 años. Esto significa que la selección natural ha trabajado para aumentar la frecuencia del gen asociado con el TDAH, aunque no está claro si esto sigue ocurriendo en la actualidad.

¿Desajuste evolutivo o cognición complementaria?

La conclusión evolutiva sobre el TDAH confirma la opinión de muchos psicólogos sospechado durante mucho tiempo: Los niños con TDAH tienden a prosperar cuando se les brindan más oportunidades para moverse y explorar que cuando se les obliga a permanecer sentados y quietos durante varias horas al día.

Basándose en este tipo de investigación, Swanepoel y sus colegas utilizaron el concepto de desajuste evolutivo para describir el TDAH. La incompatibilidad ocurre cuando un rasgo evoluciona en el mismo entorno debido a las ventajas, pero luego ambiente cambia de tal manera que es perjudicial.

Quizás las características del TDAH fueron útiles en entornos asociados con el nomadismo y la migración, pero en la sociedad moderna, con su requisito de sentarse durante horas al día y permanecer relativamente quieto, es una pena.

La idea de desajuste evolutivo puede ser engañosa para pensar en el TDAH. Esto se debe a que puede llevarnos a ver el TDAH como una especie de «remanente» de un estilo de vida anterior. Esto puede llevarnos a minimizar o ignorar el valor contemporáneo de los rasgos del TDAH.

El concepto que encuentro más útil aquí es el concepto cognición complementaria, desarrollado por Helen Taylor, científica de sistemas complejos de las universidades de Cambridge y Strathclyde. Piensa en una colonia de termitas. Las colonias de termitas tienen tres castas diferentes, cuyos cuerpos están dispuestos de manera muy diferente. Estas diferencias benefician al grupo.

Taylor sugirió que enfermedades como el TDAH, la dislexia y la autismo puede funcionar de la misma manera. Desde una perspectiva evolutiva, no se trata de disfunciones o enfermedades. Las diferencias son las que hacen prosperar a las comunidades.

El concepto de complementario conocimiento plantea una cuestión urgente para nuestra sociedad. ¿Cómo podemos rediseñar nuestros sistemas educativos para que los niños con TDAH puedan prosperar y no quedarse atrás?

Creo que investigaciones como esta ayudan psiquiatría pasar de un paradigma que solo ve déficits y disfunciones en los trastornos mentales a un paradigma que también ve funciones y proposito.

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