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¿Sientes que siempre, o al menos a menudo, te sientes “apurado” en tu vida? Por ejemplo, corres tratando de completar varias tareas, como ir de compras a la tienda; recoger a los niños, correr a los lugares a los que debe ir, sobrepasar el límite de velocidad porque llega tarde al trabajo o a una reunión, leer rápidamente el periódico o corte las conversaciones son cortas porque tienes mucho que hacer?

Límites de tiempo y recopilación y discusión de información

Este tipo de vida “apurada” puede ser muy alta Estresante y inquietud– provocación, porque consideramos el tiempo como una mercancía que no se puede desperdiciar. El problema es que pagamos un alto precio por ello. Muchos de nosotros hemos decidido que ciertas obligaciones deben cumplirse, sin importar las consecuencias. Desafortunadamente, nos hemos encontrado con más compromisos que tiempo para cumplirlos. Tal dilema puede hacer que una persona con limitaciones de tiempo tome decisiones basadas en datos limitados, simplemente eligiendo la opción más obvia (por ejemplo, comprar el primer producto que ve, en lugar de comparar su calidad, precio o tamaño con productos similares).

Pero, ¿podría haber otras razones para actuar de manera “apresurada” y no considerar o usar el juicio en nuestras decisiones sobre qué hacer? En situaciones donde la pasión está involucrada, se dedica menos atención y por lo tanto menos tiempo a pensar qué hacer. La pasión se desarrolla cuando una persona valora, ama y está dispuesta a dedicar tiempo y energía a una tarea (Thorgren & Vincent, 2013). Además, si a una persona le gusta o encuentra la actividad interesante o importante, lo que otros piensen no necesariamente afectará su comportamiento. Debido a la pasión inherente, la participación en esta actividad protege a una persona identidad y autoestima.

Por otro lado, cuando la pasión no es un problema, la importancia de cómo los demás lo ven a uno puede desempeñar un papel en el “comportamiento apresurado”, especialmente en las interacciones sociales cotidianas. Protzko y colegas (2019) encontraron que cuando el tiempo es escaso, las personas responderán de acuerdo con las normas sociales; no “sacudirán el barco”. Es decir, no pedirán más tiempo ni información para entender mejor el problema. Esto, por supuesto, es cierto si una persona quiere “parecer buena ante los demás” (p. 1585). Además, esto es cierto si una persona cree que es “virtuosa”.

Problemas relacionados con “prisa”

Desafortunadamente, muchos de nosotros no dedicamos tiempo a nuestra salud. Muchas veces nuestra excusa para no hacer ejercicio es mirar los nuestros dieta, seguir las recomendaciones de salud de nuestro médico o incluso ver a un médico significa que estamos muy ocupados y con poco tiempo (Strazdins et al., 2015). Si bien esto puede ser cierto en la mayoría de los casos, aún aumenta el riesgo para nuestra salud. De hecho, estar apurado puede causar fatiga y dejar a una persona vulnerable a un colapso en su sistema inmunológico. El estrés de las prisas también puede hacer que las personas sean susceptibles a daños en los órganos, trastornos del sueño y problemas de salud mental.

La tecnología también influye en nuestro comportamiento. Con la llegada del trabajo remoto desde casa, puede ser difícil saber cuándo detenerse y concentrar su tiempo en otras prioridades. Además, para muchos empleados, su experiencia laboral productividad también afectado. Nos hemos mudado a un mundo con expectativas crecientes.

La comunicación, el consumo y la producción laboral aumentaron, lo que provocó un cambio fundamental en las expectativas. Strazdin y sus colegas encontraron que “un tercio de nuestra muestra informó que a menudo o siempre se sentía apurado, y de los que tenían prisa, el 60 por ciento también tenía poco tiempo” (p. 36). Se ha descubierto que la prisa se manifiesta tanto en “a tiempo” como en “ahorrar tiempo”. Esto conduce al deterioro de la salud mental y la reducción de la actividad física. Los autores también encontraron que las personas que tienen trabajos pesados ​​y otras actividades que consumen mucho tiempo (como viajar o cuidado) tienden a darse prisa. Pueden hacer esto no solo para cumplir con los requisitos, sino también para aumentar su tiempo libre.

Todos hemos aprovechado las ventajas tecnológicas que han aumentado la eficiencia y la productividad en muchas áreas de la vida. Sin embargo, todo lo bueno suele tener sus inconvenientes.

  • ¿A cuánto ya qué renunciamos para lograr estos éxitos?
  • ¿Cuántas expectativas hemos puesto en nosotros mismos, además de las que otros han puesto en nosotros?
  • ¿Hemos asignado suficiente tiempo para cumplir con las expectativas?
  • ¿Qué tan pacientes somos con los retrasos de tiempo?
  • ¿Hemos tenido en cuenta el elemento del tiempo en nuestra ecuación para satisfacer las diversas demandas que se nos imponen y nuestra capacidad para cuidar de nosotros mismos física, emocional, social y financieramente?

Tendemos a esperar resultados instantáneos y nos sentimos decepcionados y/o molestos cuando no los conseguimos. También existe la presión de lograr más en menos tiempo, por lo que es posible que tengamos que apresurarnos y sacrificar actividades que nos brindan placer, satisfacción o un respiro de las diversas demandas de nuestras vidas. Siempre hay algo para dar y, a menudo, es nuestro “tiempo de inactividad”, así como oportunidades para participar en actividades interesantes.

Tener prisa y sentirse apurado es un fenómeno común entre muchas personas. La solución no es eliminar nuestras responsabilidades o lo que mejora nuestra productividad, sino encontrar un equilibrio que también satisfaga nuestras necesidades de salud mental y física. Debemos seguir esforzándonos por ser quienes queremos ser, pero debemos hacerlo de manera saludable y también encontrar tiempo para disfrutar de nuestra vida.

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