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«Y les pido que presten atención Cuando eres feliz y en algún momento gritas o refunfuñas o piensas si no es agradable, no se que es.'» -Kurt Vonnegut

Dicen que la positividad engendra positividad. Se ha documentado un efecto positivo en estudios conocido en la década de 1970, y su influencia se puede ver en todo, desde las interacciones sociales hasta la salud física.

El efecto de positividad es un fenómeno psicológico por el cual las emociones y pensamientos positivos aumentan la autopercepción positiva y mejoran autoestima. Esto, a su vez, conduce a un mejor rendimiento, que luego refuerza las emociones y los pensamientos positivos. En otras palabras, el efecto positivo es un círculo virtuoso. Cuando pones tu positividad en acción, la positividad te llena. Cuando esto sucede, decimos que la positividad es bidireccional.

depresión funciona al revés. Cuando la depresión te roba la energía y promueve el aislamiento, la ausencia motivación, y la inacción crea un ciclo descendente. No hago nada porque estoy deprimido, y estoy deprimido porque no hago nada. El afecto positivo crea un círculo virtuoso: la depresión es viciosa.

Las emociones positivas tienden a expandir nuestro pensamiento y nos permiten ver más posibilidades (como ha sugerido la investigadora Barbara Fredrickson). Mientras que las emociones negativas limitan nuestro pensamiento y nuestras reacciones. Las emociones positivas forman recursos; los negativos los limitan. Cuando nos sentimos o actuamos amenazados, luchamos, huimos o nos congelamos: atacamos, huimos o nos hacemos los muertos. La negatividad nos deja con pocas opciones.

El efecto de positividad es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a enfrentar los desafíos de la vida con más facilidad y gracia, y parece estar relacionado con la edad. Una conclusión interesante de la pandemia es que ha afectado psicológicamente a los jóvenes más que a sus padres o abuelos. ¿Razón? A medida que envejece, desarrolla herramientas y técnicas para lidiar con las dificultades, las decepciones y los fracasos. Tú también sabes alimentar la esperanza. Según la investigación, el efecto de la positividad depende de cómo nuestro cerebro procesa la información. Cuando nos enfocamos en estímulos positivos, como recuerdos felices o experiencias inspiradoras, es más probable que nuestros cerebros retengan esa información y la usen para dar forma a nuestra percepción del mundo que nos rodea. Esto se debe a que las emociones positivas activan los centros de recompensa de nuestro cerebro, que a su vez liberan dopamina y otros productos químicos para sentirse bien que refuerzan las asociaciones positivas. Como resultado, es más probable que busquemos experiencias positivas y evitemos las negativas, lo que nos lleva a una vida más plena y satisfactoria. La clave de todo esto es la capacidad de cambiar tu percepción. en mi ultimo Charla TEDxUsé este ejemplo para entender el punto.

dan tomasulo

¿Número de la mala suerte? ¿O algo mas?

dan tomasulo

Las dos líneas en el centro de esta imagen pueden interpretarse como el desafortunado número 13 o la letra B. Son solo dos líneas, pero el contexto a través del cual las miras les da significado. Los pesimistas y las personas con depresión o inquietud tienden a ver lo negativo. Es como si sus vasos estuvieran llenos de gris oscuro. Su mundo está lleno de amenazas y dificultades. Pero con un poco de entrenamiento y práctica, es posible una forma diferente de ver. Qué lo percibido no cambia, pero como lo hace

Los efectos positivos no se limitan a los individuos, también se pueden ver en grupos. Por ejemplo, la investigación ha demostrado que es más probable que las personas felices ayuden a los demás y sean útiles ellas mismas, y es más probable que cooperen con los demás. Es vital en el trabajo, la medicina, educacióndeporte y emprendimiento.

El efecto de positividad es un fenómeno que ha sido estudiado por muchos psicólogos y científicos destacados. Se ha descubierto que cuantas más emociones y pensamientos positivos experimentamos, más probabilidades tenemos de tener una mejor salud mental y física, motivación, energía, compromiso, mejores relaciones y mayor éxito en la vida. Concentrándose en pensamiento positivo y al desarrollar una actitud optimista, podemos disfrutar de una vida más plena y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Al centrarse en los aspectos positivos de su experiencia, puede mejorar su estado de ánimo, aumentar su autoestima y mejorar su bienestar general. Al enfocarnos intencionalmente en los aspectos positivos de una situación, podemos cambiar nuestro pensamiento y actitudes hacia la esperanza, el empoderamiento y la estabilidady el optimismo, conocido como «capital psicológico» y la grafía conveniente de las siglas HERO.

Rodearse de personas y experiencias positivas es una de las formas más efectivas de aprovechar el poder de la positividad. Cuando estás rodeado de personas que irradian positividad, te resulta más fácil adoptar la misma mentalidad. Empiezas a ver el mundo a través de más optimista lente y empezar a creer que las cosas buenas son posibles. Las experiencias positivas también tienen un efecto similar en nuestro pensamiento. Cuando participamos en actividades que nos brindan alegría y satisfacción, es más probable que nos sintamos positivos y optimistas acerca de la vida. Esta positividad luego se extiende a otras áreas de nuestras vidas, haciéndonos más resistentes frente a los desafíos y contratiempos. Es importante tener en cuenta a las personas y las experiencias con las que nos rodeamos porque tienen un efecto profundo en nuestro bienestar mental y emocional. Al priorizar la positividad en nuestras vidas, podemos crear un efecto dominó felicidad y positividad que va mucho más allá de nosotros mismos.

Comunicarse con personas positivas es una de las formas más directas de aumentar el capital psicológico y, por tanto, el afecto positivo. Pero, ¿y si no están cerca cuando surge una situación difícil? Puede comenzar con una oración simple destinada a desafiar su percepción. Cuando una situación le parezca negativa, haga una pausa y dígase a sí mismo: «Hay otra manera de ver esto». Pone su pensamiento en una dirección diferente, y probablemente será el comienzo para ayudarlo a quitarse esos anteojos gris oscuro.

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