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¿Qué implica el camino hacia la recuperación de una enfermedad mental grave?

Esta fue la pregunta central de la investigación dirigida por la Dra. Xiafei Wang, ahora de la Universidad de Syracuse, y sus colegas. En particular, estaban interesados ​​en los viajes de rehabilitación a través del prisma del trauma y crecimiento postraumático. Debido a que las personas con trastornos psicológicos graves tienen más probabilidades de tener un historial de trauma en el que experimentan eventos que exceden sus recursos de afrontamiento, Wang y su equipo buscaron examinar el papel del trauma y el post-trauma.traumático crecimiento en la iniciación, el desarrollo y la curación de enfermedades mentales graves.

Para continuar este estudio, los investigadores comenzaron reclutando participantes a los que se les había diagnosticado una enfermedad mental grave, incluida la esquizofrenia, trastorno bipolary/o trastorno depresivo mayor; personas a las que se les prescribieron psicofármacos, pero no los tomaron durante al menos un año; personas que cumplieron con los criterios para la recuperación; e individuos con antecedentes de trauma.

Luego, los investigadores pidieron a los participantes que contaran sus «historias» sobre la vida antes y después del diagnóstico, cómo enfrentaron la enfermedad, qué recursos utilizaron para la recuperación y su salud mental actual. Luego se analizaron y codificaron las narrativas de los participantes.

Los resultados fueron impresionantes. Los investigadores encontraron ocho componentes que los participantes mencionaron como parte de su viaje de curación. Los resultados del estudio se presentan a continuación.

1. Afecta la desregulación

Los participantes informaron que el trauma hizo que la regulación afectiva fuera más difícil. Usaron mucho en respuesta. represiones y la disociación como estrategia de supervivencia para hacer frente a los sentimientos dolorosos. Sin embargo, esta fue una espada de doble filo, ya que este enfoque también atrofió el desarrollo de la salud Regulación emocional Al poco tiempo.

Un participante compartió: “Todos mis sistemas de creencias y mis percepciones se volvieron muy fluidos. Fue tan intenso que no pude dormir. Todas mis cosas reprimidas infancia y antes en mi vida empezó a hundirse en mi conciencia y luego me sentí realmente abrumado.’

2. Ideas distorsionadas sobre uno mismo y los demás; dificultades en las relaciones

El trauma también condujo a visiones distorsionadas de sí mismo y de los demás, incluidos sentimientos de no ser amado e indigno, sentimientos de rechazo y dificultades con la confianza y la intimidad en las relaciones.

El participante dijo: «Debido a mi propia infancia, fue difícil para mí confiar en alguien. Tenía buenos amigos y me ayudaron. Sólo tuve cuidado con lo que les dije. Y acepté su ayuda tanto como pude». , basado en lo que realmente compartiría”.

3. Falta de sentido

El trauma puede alterar las suposiciones sobre un mundo significativo con consecuencias no deseadas para la persona (es decir, la creencia de que los eventos no suceden por casualidad y que existe una conexión entre la persona y lo que le sucede). Para algunos participantes, esta falta de significado los llevó a sentirse fuera de control, impotentes, sin un propósito en la vida y con una visión acortada del futuro.

4. Miedos existenciales

Parte del trauma de los participantes fue causado por presenciar la muerte de miembros de la familia. La experiencia llevó a miedo «destrucción» y la naturaleza impermanente de la vida. El certificado de defunción también se asoció con autolesiones y cambios de humor.

El participante razonó: «Hice campaña depresión justo después de que mi madre muriera porque tuve una infancia y una relación bastante traumáticas con ella».

5. Autoaceptación: aceptar las emociones y cambiar la percepción de los síntomas

La transformación para algunos participantes comenzó al ver sus síntomas bajo una nueva luz: no eran tan incontrolables, negativos o sin sentido como alguna vez pensaron. Más bien, los participantes comenzaron a sentirse más en control de sus síntomas, lo que a su vez contribuyó a mejorar el bienestar.

6. Autoexploración: conexión con traumas pasados

Para algunas de las personas en este estudio, tener una enfermedad mental fue un punto de inflexión que los condujo a su viaje hacia la curación y su determinación de comprender la raíz de sus problemas de salud mental. Aunque la lucha fue dolorosa, eventualmente condujo a la investigación de sus heridas y los síntomas que causaron. Pero fue hacer la conexión entre el trauma pasado y sus síntomas de salud mental actuales lo que les permitió desarrollar adaptaciones más saludables y reconstruir su yo roto.

7. Autoestima: redefinición yo-concepto y las relaciones entre ellos

Experimentar un trauma a menudo impidió el desarrollo de una autoestima positiva, lo que condujo a varios problemas psicológicos. Sin embargo, algunos participantes también desarrollaron un mayor sentido de autoestima, que fue fundamental para su recuperación y transformación.

Un participante comentó: “¿Qué he perdido? Perdí mi sentido de mí mismo, yo mismo autoestimay mi autoestima. ¿Qué restauré? Me recuperé – yo mismo. Cuanto más me recuperaba y más fuerte me volvía, más me daba cuenta de que las respuestas que todos buscan están dentro de nosotros”.

8. Autorrealización: servicio a los demás, a la sociedad y a la humanidad

El crecimiento postraumático llevó a algunos participantes a comprometerse a cuidar a los demás, participar en el servicio comunitario y abogar por la justicia social. Esta transformación, señalan los autores, fue más allá de la curación personal. Más bien, la autorrealización se encontró en mejorar la vida de los demás y de la humanidad en su conjunto.

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